Una imagen, una palabra y una forma.
Expresiones diversas que se gestan en la imaginación y en los sentimientos.
Visualizar, crear, escuchar, decir.

jueves, 2 de junio de 2011

Yo te creí

Creí en tus besos apasionados, en tus abrazos eternos que podían trasladarme al infinito y convertirme en un hada de colores brillantes.

Creí que éramos cómplices de una historia sin rumbos, con una energía única que nos conectaba. Y pude imaginarte en cada ausencia...

Fuimos dos almas fusionadas en un deseo incontenible, sin culpas, sin límites, sin otra causa que aquella que nos ataba a una pasión descontrolada.

Cada encuentro era tan bello como la melodía que me susurrabas.

Tan irreal como los sueños y tan cálido como un atardecer en el mar, era cada momento compartido. Tan esperado como lluvia en verano, tan rápido como ráfaga de viento.

Todo pudo ser diferente… no lo sé.

Ahora pienso en tu mirada fija en mi boca, tratando de ignorar mi decisión de negarte. Pienso en tu adiós rogándome en silencio el último abrazo de nuestro tiempo.

Tengo en mi mente el más hermoso recuerdo que me hace sonreír y suspirar, pero se opaca rápidamente cuando pienso en tus mentiras.

Creíste ilusamente que no me enteraría, tus palabras no coincidieron en los relatos que contaste y de a poco tu imagen se fue cayendo.

Seguís intentando volver a mí como si nada hubiera pasado. Tuve que ocultarlo por una promesa, pero no me olvido.

Si a las palabras se las lleva el viento, los actos quedan grabados en la piel del que los sufre. No vuelvas a intentarlo, yo tengo corazón.

Y si mi deseo fuera más allá de mi fortaleza y cayera en tus brazos nuevamente, mi propia herida se encargará de recordarte quien soy.

La pasión no se devuelve con un “hasta luego”. La sinceridad no se recompensa con una frase robada.

La vida se encargará de enseñártelo.

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